viernes, 23 de marzo de 2007

tic-tac



... a alguien

Tic-tac
El tiempo pasa
A veces lento
A veces rápido

Tic-tac
El tiempo pasa
Yo te espero
Tú no estás

Tic-tac
El tiempo pasa
Me muero por un beso tuyo
Te mueres por un beso mío

Tic-tac
El tiempo pasa
Sigue pasando
Te sigo amando
Tanto, siempre for ever

Tic-tac
El tiempo pasa
Pero yo no paso de ti
Y tú no pasas de mi

Tic-tac
El tiempo pasa
No tengo reloj
No lo quiero
Te quiero a ti
Y tú a mi

Tic-tac
El tiempo pasa
Te quiero mucho
Me quieres mucho
Nos queremos a lot of

Tic-tac
El tiempo pasa
Escucho música
Tracy Chapman
Y otros cantantes

Tic-tac
El tiempo no pasa
Porque me esperas
Y te espero

Tic-tac
El tiempo pasa
No me importa
Me importas

Tic-tac
El tiempo pasa
Tiempo añorado
Tiempo ansiado
Ya estás
A mi lado
Aunque lejos permanezcas

Tic-tac
El tiempo no pasa
A tu lado
Contigo
Sin ti
Te siento cerca

Tic-tac
El tiempo pasa
Porque sé que me quieres
Porque sabes que te quiero

Tic-tac
El tiempo pasa
Las horas también
No rima nada
Éstas palabras
Pero es divertido crearlas

Tic-tac-tic-tac-tic-tac

miércoles, 21 de marzo de 2007

Perfúmenes


Me encanta oler los pedos de los demás. No es algo fortuito. Es algo que busco con ánsias y ansiedad. Después de que la gente va al váter yo voy corriendo a oler el perfume que emanan de la letrina. Es una costumbre que cojí desde pequeño. Siempre que mis padres iban al baño yo iba corriendo detrás de ellos. Sé que no es muy normal para el resto de la humanidad, pero ¿qué es lo normal? ¿fumar cada treinta minutos? ¿hacer el amor con alguien que no te gusta y luego decirle que fue el mejor polvo de tu vida? Pues yo no soy normal. Siempre que me tiro un pedo lo primero que hago es saborearlo… ummmmm… luego pienso si ha sido muy ruidoso o muy oloroso. Hay categorías, sí, es cierto. Normalmente los menos ruidosos son los que más y mejor huelen. Los más sonoros, por el contrario, son los que menos huelen. Y parecen que son los más fiesteros. A mi los que más me gustan son los que van in crescendo, poco a poco. Ni muy ruidosos ni muy silencioso. El intermedio. Durante los intermedios de las películas echo cada uno… lo saboreo y pienso detenidamente si echarme otro. En el cine es distinto. Como nadie me ve… echo varios a la vez. Otra costumbre que tengo desde que recuerdo mi especial afición es la de mirar la mierda que acabo de cagar. Ya sé que todo esto suena muy escatológico pero soy así. Mido a ojo cuánto miden mis cagarrutas. ¿Una cuarta? ¿Una cuarta de un cuarto? Hoy si que fue buena. Estoy descompuesto. Haber mañana si cago mejor. También en ése momento saboreo los diferentes y variopintos perfúmenes que deja mi mierda.

Yo pienso que mucha gente también lo hace pero no lo reconocen. Como es algo tan íntimo… pero yo soy claro y directo. Huelo mi mierda y la mido. Hay quien mide su polla o sus tetas. Yo no me meto con nadie cuando huelo mis heces.

domingo, 18 de marzo de 2007


Acabo de asesinar a toda mi familia. Acabo de asestarle 5 puñalaas a cada uno. Sin piedad. Sin miedo. Cuando los mataba no pensaba en nada. Simplemente los asesinaba. Lo he hecho con todas las consecuencias. Con la mirada perdida. Mañana me declararé culpable. Iré a la policiía y se lo diré a la cara: “fui yo, ¿qué pasa?”. Me harán un reconocimiento psiquiátrico, un reconocimiento policial: lugar, tiempo, espacio, motivos, causas, circunstancias… Les diré con toda la tranquilidad del mundo que fui yo, que tenían ganas de saborear la victoria. Les diré que me apetecía matar a alguien y qué mejor que a quien más quiero? Les diré que no estoy loco, que la locura es cuando hay sufrimiento y yo no sufro: yo mato.

Me interrogarán: ¿Día? ¿mes? ¿año? ¿por qué? ¿cuándo? ¿Cómo? ¿Cómo me siento?

Me siento en el asiento. Pruebas de aquí, pruebas de allá, que si me arrepiento, que si estoy loco: “Yo-no-estoy-loco” les responderé. “Yo mato” ¿el por qué? “porque me apetecía”. Y… tan tranquilo. Me condenarán a 20 años de cárcel. Los aceptaré pero sólo pondré una condición: “Quiero ver canal plus”, porque así puedo ver historias como la mía en cine.

Tranquilos, no me disperso. Mi historia: estaba yo tan tranquilo viendo la televisión cuando cogí un cuchillo de sierra, el de pan, y primero asesiné a mi novia, luego a su madre, luego a su padre y, por último, al maldito perro de mi novia. Se me ocurrió así, sin más. Estaba harto de la monotonía: los lunes trabajaba en la oficina, los martes trabajaba en la oficina, los miércoles igual, los jueves igual, los viernes igual… y los sábados siempre íbamos al campo. Cogíamos siempre el coche e íbamos sistemáticamente al mismo maldito parque para ver a otras familias que también trabajaban durante toda la semana para acabar viéndonos en el mismo parque a la misma hora. ¡Siempre eran los mismos!

viernes, 9 de marzo de 2007

gold




Tengo un anillo de un león de oro, una cadena con un águila de oro, una esclava de oro con un gravado de cuando fui a la guerra. Me apasiona el oro pero lo que más me apasiona es que la gente me mire todo el oro que llevo puesto. Se les caen los ojos de envidia. Sienten que les falta algo cuando me miran. Yo los miro a los ojos y me río por dentro. Ja! Yo pienso: son míos. Ellos piensan: son suyos. Conclusión: no se los doy a nadie ni por todo el oro del mundo. En casa tengo la cubertería de oro, los relojes, las estatuas, los mangos de las duchas, la cadena del váter, figuritas de oro, alfombras de oro. Cuando viene un invitado se le cae la baba de envidia. Soy observador: me doy cuenta. Me meo de la risa y, para disimular, les cuento un chiste sobre lo poco que tengo que no sea oro. Soy así de modesto. Prefiero no aparentar. Cuando voy por la calle lo primero que hago cuando miro a alguien es mirarle el oro que tiene. Hay quien tiene mucho oro. Otros en cambio no tienen nada. Me resulta muy curioso porque alguna gente se tiñe el pelo de mechas doradas y yo me río: son falsas: son de oro del que cagó el moro y si lo cagó el moro es que no son verdaderas. Yo soy muy fiel a mi mismo. Si alguien cagó oro es que no puede ser. Yo creo que no existen ni las gallinitas ponen huevos de oro ni los moros que lo cagan porque, ¿y cuándo están descompuestos? Cagan lingotes.

Para mi sólo existe la envidia por tenerlo entre manos como en el señor de los anillos. ¡Ellos sí que sabían lo que era tenerlo! Un anillo, ¡tócate los huevos! Crear todo un libro simplemente por un anillo de oro, ¡eso sí que tiene mérito! Inventarse ciudades que nunca existieron, nombres raros, bichajos extravagantes, personajes buenos y personajes malos sólo por un anillo.

Un día conocí a un hombre que tenía el anillo del señor de los anillos pero era de plata. ¡Joer! Pensé yo, ¿y quién se lo habrá dado? ¿tendría que luchar contra los diferentes reinos de Mordor y compañía? El muy inteligente se lo había comprado a un tal GodoFredo.

jueves, 1 de marzo de 2007

qué gracia!


tomada en el paseo de gracia, en el metro de barcelona. según me comentaron alguien había escrito en las columnas textos de cortázar. ja! qué inteligente pensé yo. qué interesante pero ahora están borrados. qué gracia!

mirada de vaca



Una vaca cuando está rumiando tiene una mirada muy particular. No está comiendo y no está mirando a nada. Ya ha comido. Come sin comer. Mira sin mirar. Las vacas tienen la boca grande, parece que podrían devorar un mastodonte pero son herbívoras.

El momento


¿Cómo será estar muerto? Dormir en la misma posición durante siglos y más siglos. No hablar con nadie. Estar aislado de todo lo que me rodea bien sea en una lápida o en un panteón. No hablar. No comer. No follar. ¿Y si me incineran? Ya no sería nadie, absolutamente nadie. Me esparciría por el mundo y, a lo mejor , un ágila o una gaviota me comerían. Por no hablar de los gusanos… dicen que cuando morimos se reproducen millones de gusanos que nos devoran sin darnos cuenta. ¡Claro! ¡Estamos muertos!

Estoy comiendo mi última comida. Viendo mi último amanecer. Bebiendo mi última agua mineral. Estoy observando la gente pasar mientras mi enfermedad me consume los últimos retales de vida. Lo he asumido: vida sólo una. He cumplido algunos de mis deseos. Otros quedarán en el olvido de mi memoria y en la de los que me han querido. He amado con vehemencia a tres mujeres. Sus nombres no son importantes. Lo que ha sido importante es que la última mujer me ha correspondido: Ana se llamaba. No sé nada de su vida. Ahora sólo me queda mi soledad y mis últimos segundos. Sólo pido una cosa: que me recuerden con humor, que nadie llore mientras me esparzan por el cielo. La muerte no es algo triste (como la mayoría de los mortales piensan). Es algo que viene. Es algo inherente al ser humano. Venimos y nos vamos. No hay más. Con el tiempo he aprendido algo muy importante: todos nos vamos, no queda nada ni nadie en pié. Por mucho que ahorres, vivas, gastes, aprendas, escribas o pienses todo se va por donde ha venido. La vida es así. No hay más que hablar ni que decir. Sólo pido una cosa: mientras vivamos ser lo más felices que podamos ya que no tenemos 7 vidas como los gatos.

rozar tu piel

Rozar tu piel
Sentir tu carne
Rozar tu boca con miel
Besar tus párpados
Rozar con sutil hiel
Tus poderosos besos
Rozar con tiento
Cada parte de tu cuerpo
Besarte y más que amarte
A mi lado desearte
Con la luna o el sol
testigos de nuestro amor.

seda japonesa

Te comería a besos
Si pudiese besarte
Te mordería a abrazos
Si te tuviese en brazos
Te rompería en trozos
Si pudiese rozarte
Te acuchillaría con pétalos
De flores y paños de amor.
Te mataría con un paño de seda japonesa
Y besaría tu grandiosa lengua.
Todo esto lo haría
Sólo por tenerte entre mis brazos
Saludarte con un beso darte
Adularte y más que amarte
Lo haría y luego lo guardaría
Te besaría y te amaría
Como nadie lo hiciese todavía
Porque te he amado
Desde el principio de los tiempos
En que ninguna de las dos sospechaba de nuestros sentimientos.